viernes, 24 de junio de 2011

Texto para completar el cuadro sobre autoridades que gobernaban América

RÉGIMEN INDIANO    

 América resultaba, por sus dimensiones y la distancia respecto a España, difícil de administrar. Por ello el Rey Carlos V creó en 1523 el Consejo de Indias, constituyéndose en la máxima autoridad para América tras el Rey. Este asesoró al monarca y se encargó del dictado de leyes y normas para América, siendo además Tribunal de Apelaciones para sentencias dictadas en dicho continente. Desde 1503, tanto el comercio con el continente americano como el traslado de personas fueron controlados por la Casa de Contratación.
  Al igual que el Rey, estos órganos estaban establecidos en España. Por tal motivo, hubo necesidad de establecer autoridades que residieran en el “nuevo mundo” (América). Sobre todo al comienzo de la conquista, se concedía poderes al adelantado (español que tenía ventajas respecto las tierras que dominase, dependiendo siempre éste del Consejo de Indias), pero el problema era que caducaba ese poder con la muerte del mismo.
Para establecer estructuras políticas más controladas y permanentes, en el siglo XVI se dividió América en dos Virreinatos (Nueva España o México y Nueva Castilla o Perú) y cinco Capitanías Generales (en lugares estratégicos de defensa militar: Cuba, Puerto Rico, Panamá, Venezuela, Chile).  A su vez, dentro de cada Virreinato se establecieron Gobernaciones.
El Virrey era el representante en persona del Rey en América, siendo la máxima autoridad civil y militar. Presidía la Real Audiencia, que era un órgano que actuaba como supremo tribunal de justicia y tenía, a su vez, el cometido de controlar al Virrey.
Dependientes de los virreyes eran los Gobernadores (que en regiones relativamente pacíficas cumplían funciones administrativas, judiciales y militares) y los Capitanes Generales (establecidos, con tropas a cargo, en lugares de mayor peligrosidad).
La mayoría de las ciudades tenía un Cabildo, que se encargaba de administrar las tierras públicas, mantener las calles y caminos, la limpieza, el orden y el abasto de su ciudad. Al tratar sólo asuntos locales, lo integraron los vecinos (hombres blancos, residentes y propietarios en la ciudad del Cabildo), tanto españoles como criollos (descendientes de españoles nacidos en América).
Había integrantes fijos (cuya cantidad variaba según la ciudad), pero para casos graves y urgentes podía citarse a varios vecinos, denominándose ello Cabildo Abierto.
En la práctica, encontraremos cierta autonomía de estas instituciones, resolviendo muchas veces acatar pero no cumplir las órdenes superiores, en caso de que estas fueran inconvenientes para la localidad.
Los criollos encontraron en el Cabildo su principal centro de expresión y representación, y veremos que será muy importante para la posterior Independencia.

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